domingo, 10 de mayo de 2009

Cortarse las venas.

Título: Sin definir.
Tabla: Suicidio
Tema: #4, Cortarse las venas.
Palabras: 500
Advertencias: Menciones de violencia.
Para Retos Ilustrados.

Cortarse las venas.

La chica frente a ella está tan demacrada y fea que le provoca aversión seguir mirándola; pero no puede apartar la mirada completamente de tan espantoso ser. Endurece su mirada cuando la ve derramar gruesas lágrimas, y desvía la mirada a sus brazos delgados, y las finas cortadas en las muñecas contrastan la palidez con su color rojo. El sentimiento de repulsión le regresa, ya no puede más.

Observa entonces sus propios brazos, los cuales tienen una serie de cortadas leves y en las muñecas se concentra el color rojo esparcido por sus dedos esqueléticos. Frunce el seño pero no se da cuenta, la distraen las pequeñas gotas frías que caen sobre la herida y resbalan al piso. El sonido que hacen le molesta, casi tanto como escuchar los sollozos de la chica que sigue delante suyo.

Vete, le grita mentalmente, y ella le escucha. Pero no se va, no puede. La delgada figura que se proyecta sobre el espejo no puede desvanecerse si ella no se mueve. El reflejo no se lo dice, de seguro ya se ha dado cuenta desde que miró con detenimiento sus muñecas heridas, idénticas a las suyas, y las líneas delgadas de sangre que ahora se mezclan con las lágrimas que derrama. Vete. No quiero verte más.

Entonces, suelta el cuchillo.

Lo hunde más en su piel como respuesta. Le da tanta pena, le dan tantas ganas de destrozar a la imagen que aparece frente a ella todos los días. Sonríe ahora, pero la del espejo luce igual de triste, y ella no podría odiarla todavía más. Por eso se corta cada vez más fuerte cada día, por eso le gusta el metálico olor que sueltan las gotas de sangre mientras canta la balada que tanto le gustaba a su madre. La odia, por eso la canta con tanto entusiasmo cuando deja caer el cuchillo.

Pero esta vez ella no canta, sólo se limita a sonreír. Siempre ha sido irónica y terca, eso le dice su padre cuando le pone atención. Le gusta recordar su voz ronca y potente cuando le recrimina las cicatrices pequeñas alrededor de sus piernas; y se corta más profundamente para burlarse de él. ¿Divertido, verdad? Como no te vas, voy a hacerte sufrir.

Eso dice siempre, la escucha decir, y su semblante se ensombrece. De verdad. Su fealdad se incrementa, vuelve a lanzar gritos ahogados y mueve la cabeza en señal de “no”. Su arma está tirada en el suelo, manchada. Ya no la puede usar. Las uñas, no se cortaba las uñas para cuando esto sucediera. Volviste a perder.

Débil, fea, pálida. La del espejo, ella no. Ella estaba bien. Ella era fuerte e invencible, no como ese patético ser que castigaba todas las noches. A ella no le dolía en lo más mínimo, no se sentía sola, no se sentía triste. La del espejo era la pobrecilla abandonada. Mientras ve el charco que le humedece parte de la rodilla, la escucha llorar pidiendo perdón.

Y se va.

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Me emocioné porque este es un relato algo personal.

4 comentarios:

  1. Dios, Lukia, me encantó la parte en la que mencionas el espejo por primera vez, me quedé con esta cara ---> O.O
    xD

    Adoro el gore~~
    ^^

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  2. Increíble, muy bien descripto, y atrapante por demás.
    ¡Qué buenos escritos!
    Saludos.

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  3. OMG!
    Adoro tus historias, esposa mía <3
    Siento que se enfocó más al miedo a los espejos y una nosión distoricionada de sí misma, pero aún así logras el cometido de cortarse las venas :3

    (Pst: Unpoco más de gore no hace daño :D)

    Te quiero <3

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  4. Lukia, hermana mia, debo decirte que me gustó mucho. Me gustó como jugaste con la chica y su reflejo haciendolo parecer, al principio, como si fuesen dos personas diferentes.

    De verdad, que me gustó mucho ^^.

    *la estruja y luego le da chocolates*

    Besotes.

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